Los
primeros pobladores del continente tuvieron que practicar la cacería y
la recolección de frutos para sobrevivir. Después que descubrieron la
agricultura, realizaron peregrinaciones, durante siglos, en busca de las
mejores tierras cultivables. Así, se establecieron en una zona que los
historiadores han llamado Mesoamérica (región que abarca desde la parte
media de México hasta Honduras).
Mesoamérica fue el espacio en que se asentaron numerosos pueblos y
tribus indígenas que al paso del tiempo se convirtieron en florecientes
civilizaciones.
La ocupación de Mesoamérica se efectuó unas veces en forma simultánea, y
en otras se llevó a cabo en épocas diferentes. Los primeros pueblos se
establecieron aquí hacia el año 2000 a.C. aproximadamente y su evolución
se interrumpió con la caída del Imperio azteca el año 1521 de nuestra
era.
La región de Mesoamérica abarcó parte del norte de México, hasta la
actual Centroamérica. Estaba limitada al norte por los ríos Sinaloa,
Lerma y Soto la Marina, en nuestro país; y al sur llegaba hasta Honduras
y Nicaragua, pasando por Guatemala y Belice, en América Central.
Las culturas que crearon los indígenas mesoamericanos compartieron diversos elementos comunes, entre ellos:
La agricultura fue la base de su progreso y alto grado de
desarrollo. Las técnicas agrícolas de los pueblos mesoamericanos se
basaron en el uso de la coa, que era el bastón con el que se
hacían surcos para depositar semillas; la formación de chinampas, las
cuales eran mezclas de tierra, hojas y musgo que se colocaban sobre
pilotes clavados en terrenos pantanosos de lagos, con los que formaban
plataformas fértiles para ser utilizadas en el cultivo; el sistema de
roza y quema, el cual consistía en talar los árboles del terreno y
quemar las hierbas; la apertura de terrazas en las cuales se practicaba
la agricultura en forma escalonada en terrenos inclinados de cerros y
montes; y la construcción de canales para el riego.
Los pueblos mesoamericanos cultivaron del maíz, el jitomate, el
frijol, el chile, el amaranto, el cacao y frutos como la tuna, el
zapote, el capulín, el aguacate y otros más.
El maíz fue la planta más importante entre los pueblos de
Mesoamérica que lo consideraron una planta sagrada otorgada por los
dioses.
Muchos
hábitos alimenticios fueron compartidos por los mesoamericanos; algunos
de ellos persisten hasta hoy como herencia indígena. Entre ellos destaca
la elaboración de tortillas.
Los pueblos mesoamericanos se reunían, generalmente, en tianguis o
mercados para intercambiar toda clase de productos agrícolas, hierbas
medicinales, aves, flores, pieles, pescados, cerámica y muchas cosas
más.
HABITOS ALIMENTICIOS ACTUALES (EXCESOS)
A
lo largo de estos últimos ochenta años hemos asistido a un cambio
brutal en cuanto a nuestra forma de comer se refiere. Paralelamente, han
proliferado un sinfín de enfermedades (alrededor de 200 nuevas)
llamadas de civilización, que afectan particularmente a los habitantes
de los países industrializados.
Los
cereales, que complementamos con las legumbres, constituían la base de
las alimentaciones de todas las grandes civilizaciones que nos han
precedido. Desde hace poco tiempo han desaparecido de nuestra mesa, a
excepción del trigo y del arroz. El consumo de pan es 5 veces menor que
hace un siglo. Por el contrario, el consumo de carne se ha multiplicado
por 5 y el del azúcar por 15. Ha aumentado así mismo el consumo de
frutas, productos lácteos y huevos. Los cereales integrales han sido al
mismo tiempo sustituidos por cereales refinados y las conservas y
alimentos preparados han pasado a ocupar un papel importante en nuestra
alimentación.
Comemos en exceso
La
palabra “exceso” es la que mejor define a la alimentación actual. Todo
el mundo admite hoy que comemos demasiado y a escala mundial observamos
un hecho que ha sido propio de las civilizaciones decadentes: la
existencia de una minoría sobrealimentada a expensas de que la mayoría
no cubra sus necesidades vitales.
Exceso de proteínas animales
El
75% de las proteínas que ingerimos son de origen animal. Hace apenas un
siglo este porcentaje no llegaba al 20%. Actualmente consumimos
proteínas en una proporción 2 ó 3 veces mayor a las necesidades de
nuestro organismo, con las graves repercusiones que este hecho tiene
para el mismo, tal y como veremos a continuación. Las carnes contienen
una elevada proporción de purinas que se transforman en ácido úrico,
cuyo exceso en sangre favorece la aparición de cálculos o depósitos.
Paralelamente, esta acidificación de la sangre ha de ser neutralizada
por nuestra reserva alcalina (Ca, Mg…) con la consiguiente
desmineralización que esto implica.
Existen
numerosos estudios que muestran la correlación existente entre el
cáncer de colon y el consumo de carne. Sin embargo, es difícil
establecer en qué medida el exceso de proteínas o el exceso de materias
grasas, o ambas cosas a la vez, son responsables de este hecho.
Independientemente de los riesgos que conlleva para la salud el consumo
de cantidades importantes de carne, debemos tener presente el hecho de
que para obtener 1 kg. de proteínas animales (carne) hay que producir 16
kg. de proteínas vegetales (granos), que es lo que consumen los
animales de engorde. Ante este dato, cualquier persona mínimamente
sensibilizada por los problemas del hambre en el mundo, debería
cuestionarse que con las proteínas vegetales (combinación de cereales +
legumbres) se puede alimentar a más personas, a menor costo y con un
efecto infinitamente más saludable.
Exceso de materias grasas
A
principios de siglo, las grasas representaban sólo el 20% de las
calorías ingeridas. En la actualidad, aproximadamente el 40% de las
calorías que tomamos provienen de las grasas y de éstas un 70 % son de
origen animal, es decir, son grasas saturadas, llamadas asimismo grasas
duras, muy perjudiciales para el organismo humano. Este exceso de grasa
tiene unas consecuencias muy graves, a saber: la obesidad, el cáncer de
mama y de colon, las enfermedades cardiovasculares, la alteración de la
permeabilidad de la mucosa intestinal con la consiguiente intoxicación
de la sangre…
Exceso de azúcar
El
25% de las calorías ingeridas provienen de los llamados azúcares
rápidos, principalmente del azúcar de remolacha (sacarosa). En unos
casos se consume directamente, y en otros, encubierto con refrescos,
salsas, pan, tabaco y otros alimentos y bebidas. Los peligros del azúcar
son innumerables, destacando entre todos ellos el profundo efecto
desmineralizador, del que las caries dentales no son sino la punta del
iceberg. Y para comprender la magnitud de dicha desmineralización basta
recordar que, en la actualidad, y en los países industrializados, el 97%
de los niños menores de 10 años sufren caries. Esta sustracción de
sales minerales de nuestro organismo tiene un origen doble. Por una
parte, el fuerte efecto acidificante de la sangre que posee el azúcar;
por otra, al tratarse de un producto refinado, carece de los minerales,
vitaminas y oligoelementos necesarios para su completa metabolización en
el cuerpo. Conviene recordar también que el excesivo consumo de
azúcares rápidos provoca carencias considerables de las vitaminas del
grupo B, lo cual está directamente relacionado con la aparición de los
trastornos del sistema nervioso. Favorece también la aparición de la
diabetes (en las personas predispuestas), del cáncer, de las
enfermedades cardiovasculares (no olvidemos que nuestro organismo
almacena el exceso de azúcar en forma de grasas)… Sin embargo, cuando
consumimos carbohidratos completos en forma de cereales integrales,
nuestro metabolismo los convierte en glucosa sin que se produzca el
efecto desmineralizador ni el déficit de vitaminas al que hemos aludido,
porque estos alimentos poseen las sustancias protectoras acompañando a
los carbohidratos: minerales, vitaminas y oligoelementos.
Exceso de conservas y alimentos refinados
La
mayoría de los alimentos procesados por la industria alimentaria están
de una u otra forma desnaturalizados. Han perdido gran parte de sus
vitaminas, minerales y energía vital (es decir, la capacidad de
germinar, como en el caso de los granos al molerse y transformarse en
harina) y además, contienen aditivos cuya inocuidad no está demostrada.
Aconsejamos por tanto, reemplazar alimentos refinados por los alimentos
integrales, que son además más sabrosos.
Exceso de calorías vacías
Uno
de los errores más grandes de nuestra alimentación es el consumo cada
vez mayor de calorías vacías, es decir, de alimentos que aportan
calorías pero que carecen de los elementos protectores como son las
vitaminas, minerales y oligoelementos. Estos alimentos los dividiremos
en tres categorías:
- El azúcar (calorías vacías).
- Las grasas (calorías casi vacías), especialmente las de origen animal. Las grasas vegetales obtenidas de semillas por presión en frío son ricas en minerales y vitaminas.
- Los cereales refinados (calorías medio vacías). Estas tres categorías de alimentos consideradas globalmente, representan el 80% del total diario. En otras palabras, nuestra alimentación actual carece de elementos protectores (vitaminas, minerales, oligoelementos…) a los que continuamente estamos aludiendo.
Desaparición de los cereales completos y las legumbres
Los
cereales y las legumbres han constituido la base de la alimentación de
la humanidad hasta el comienzo de la era industrial. Aproximadamente el
80% de las calorías ingeridas eran aportadas por estos dos grandes
grupos de alimentos. Aunque no nos vamos a extender explicando el
excepcional valor nutritivo de los cereales y las legumbres, diremos que
contienen prácticamente todos los nutrientes que el cuerpo necesita, y
son fáciles de producir y conservar. La sustitución de estos ALIMENTOS
por los “comestibles” (alimentos refinados y procesados) y la carne, es
un gran error que ha favorecido la aparición de numerosas enfermedades
que tienen como denominador común un aporte deficiente de fibra,
magnesio, de vitamina F, de oligoelementos…
Prácticas culinarias aberrantes
- Abuso de temperaturas elevadas en la cocción. Los aceites proporcionan temperaturas de cocción de más de 200ºC, lo que conlleva la aparición de sustancias tóxicas -como la acroleína, por ejemplo- en los alimentos así como la saturación de las grasas insaturadas. De ahí que los fritos sean una forma de cocción poco recomendable ya que, aparte de los inconvenientes que acabamos de señalar, favorecen la absorción de grandes cantidades de grasa por parte de los alimentos.
- Abuso de las grasas para la preparación de los alimentos. La práctica totalidad de los platos de la cocina actual utilizan el aceite: ensaladas, verduras, guisos, fritos, estofados, horneados… Incluso a veces, en otras cocinas, éste es sustituido por la mantequilla.
- Las verduras se cuecen demasiado de forma inadecuada: con demasiada agua, demasiado tiempo, con presiones elevadas…
- El abuso del azúcar en la repostería es tal, que esta sustancia llega a enmascarar el sabor natural del resto de los ingredientes, obteniéndose al final un postre que sólo sabe a azúcar.
- Abuso del refrigerador y del congelador como forma alternativa al consumo de alimentos frescos.
- Utilización cada vez más frecuente de los hornos microondas.
CONCLUSION
Sin duda alguna este es uno de los
principales problemas de salud que hay en el mundo del cual se deriban
muchas enfermedades que en algunos paises son causas principales de
muerte.
Debemos
de aprovechar todos los avances tecnologicos e implementarlos junto con
la forma en que se alimentaban nuestros antepasados. Una manera de
hacerlo en la forma en como producimos nuestros alimentos, la forma en
como los cultivamos ya que tambien esto ayudara a que el suelo se
mantega fertil y se pueda producir muchoa tiempo nuestros alimentos, no
consumir chatarra, nos comprar alimentos con concervadores, no usar el
microondas,etc.
El punto
es que debemos balancear nuestros alimentos, podemos comer de todo pero
con un limite contando las calorias y obvio acompañar tu buena
alimentacion con actividad fisica asi todo lo que consumimos se podra
aprovechar y desechar como debe de ser.
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